EL NACIMIENTO DE LA FILOLOGÍA

Zenodoto, el primer bibliotecario, inició la sistematización de los volúmenes, pero fue Calímaco quien durante el reinado de Ptolomeo II (283-247) compiló los Pinakes, es decir los catálogos. En estos 120 libros, fueron ordenados los volúmenes por sectores y por géneros literarios, ordenando alfabéticamente los autores, elaborando una breve biografía de éstos, sistematizando la producción de cada autor y solucionando los problemas causados por las atribuciones dudosas. Los Catálogos de Calímaco constituyeron la base de todo el trabajo posterior.
En cambio, Zenodoto preparó la primera edición de Homero y quizás fue quien se encargó de dividir en 24 libros la Ilíada y la Odisea. También Aristófanes de Bizancio (257-180 a.C.) y Aristarco de Samotracia (217-145 a.C.) prepararon ediciones de Homero. Aristarco es especialmente importante, ya que constituye la principal fuente de nuestra tradición. Con objeto de controlar los numerosos ejemplares que poseía la Biblioteca, descubrió y eliminó los versos interpolados y señaló los que parecían sospechosos. Los escoliastas posteriores se atuvieron a sus comentarios. Dionisio de Tracia, discípulo de Aristarco, elaboró la primera Gramática griega que conocemos, aprovechando las aportaciones que habían realizado en este terreno los peripatéticos y los estoicos. En el 145 se refugió en Rodas, al ser expulsado por Ptolomeo VII Evergetes II, llamado también Physkon.
La interpretación alegórica de Homero y de otros poetas, en cambio, fue codificada por Crates de Mallos en Pérgamo. A partir de entonces fue difundiéndose y consolidándose poco a poco, hasta convertirse en predominante durante la época imperial. Entre otros, fue adoptada por los estoicos.
En este periodo se popularizo también el género literario; de la biografía, del cual conservamos pocos testimonios. Sin embargo, por lo que respecta a los filósofos, conocernos el posterior resumen efectuado por Diógenes Laercio, que utilizó en gran medida buena parte de los materiales recogidos durante esta etapa. Recordemos, por último, que gracias a este movimiento filológico y a sus adquisiciones se hizo posible la edición de las obras esotéricas de Aristóteles, de la que hemos hablado antes con extensión. Cabe afirmar, pues, que las modernas y refinadísimas técnicas utilizadas para la edición crítica de textos antiguos tienen en la Alejandría helenística sus raíces históricas.
Los Alejandrinos, primeros filólogos.
Los primeros filólogos en el sentido restrictivo fueron los alejandrinos (siglo III a. C.), discípulos de los sofistas, cuyo más sobresaliente representante es Aristófanes de Bizancio (siglo III a. C.), fundador de un método que su discípulo Aristarco de Samotracia, director de la Biblioteca de Alejandría, aplicó, más tarde, al estudio de los poemas de Homero. Estos primeros filólogos desarrollaron, en la Biblioteca de Alejandría, una importante actividad editorial, centrada en la copia de manuscritos de los más importantes y representativos autores del pasado, cuyos textos se limpiaban de errores y se interpretaban de acuerdo con unas normas determinadas. En manos de los alejandrinos, la filología se convirtió, así, en un conjunto de conocimientos sistemáticos y ordenados, aunque amplios y poco profundos, puesto que el filólogo debía poseer no solo conocimientos lingüísticos y literarios, sino también históricos, geográficos, artísticos, retóricos, etc. Por eso se le consideraba la persona ideal tanto para explicar los textos como para reconstruirlos, modernizarlos y restaurarlos.
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